Despertad dulces seres de luz! Despertad, sentid la fuerza de la luz como penetra en vuestro corazón, sentid como vuestro ser se expande y empieza a vibrar con más intensidad que nunca.
Es el momento de despertar, es el momento de aceptar que es posible el cambio. No luchéis contra la fuerza de vuestro corazón, no luchéis contra esos sentimientos y emociones que día a día se van despertando. No luchéis más contra vuestra mente, debéis “ordenarle” que pare, que no intente buscar razones a lo que siente vuestro corazón dado que no es posible. La pureza de vuestro ser, de vuestra esencia no puede ser justificada. No es posible justificar lo que siente el corazón porque la justificación nace en la mente.
Permitid que vuestra alma se exprese a través de los designios de vuestro corazón. Sentid como late cada vez con más fuerza, sentid como pretende comunicarse con vosotros a través de la dulzura y el amor. Dejad que esos sentimientos puros y divinos se manifiesten, que tomen forma a través de vuestras acciones y palabras porque sois divinos hijos de Dios, sois divinos hijos del amor del Padre y a través de vuestros actos ese amor que anida en vosotros llegará a los demás seres que os rodean.
Sed fieles a lo que siente vuestro corazón, sed leales a vuestros sentimientos y emociones y no pretendáis juzgar lo injuzgable porque lo que siente el corazón no puede juzgarse ni cuestionarse, lo que siente el corazón simplemente ES.
Sed tal cual sois, sin pretender agradar a nadie, sin pretender que os acepten porque no funciona así, mostraos tal cual sois y los que se asemejen a vosotros se acercarán. No temáis mostraros, al contrario, sentíos orgullosos de ser como sois porque cada uno de vosotros es único e irrepetible y perfecto hijo del Creador con todas sus imperfecciones.
Recordad que habéis venido a la Tierra a aprender, permitíos pues equivocaros para así poder aprender del error. Es cualidad humana la equivocación porque forma parte del aprendizaje. Aprended y creced, sed valientes y no sintáis miedo, tan sólo sentid respeto y admiración. Admirad la maravilla que os rodea porque eso mismo forma parte de vuestro interior. Buscad la luz que ilumina vuestra esencia y permitid que se muestre al mundo. Debéis iluminar vuestro camino con vuestra luz, debéis permitir que todo vuestro esplendor se manifieste a través de vuestros actos. Quered, amad y seréis queridos y amados tal y como deseáis puesto que cuando ponéis vuestra fuerza en una intención, se desencadena algo más fuerte que todas la fuerzas del Universo y un engranaje de casualidades y causalidades os traerá sin duda alguna aquello que habéis pedido y deseado.
Dulces y bellos seres de luz, sois maravillosos porque vuestra esencia surgió de la belleza de lo Divino. Sentíos orgullosos de ser cual sois porque así os modelasteis, porque cada uno de vosotros eligió y esculpió en su momento como sería su ser en la Tierra.
Queridos hijos y hermanos, soy Jesús el Salvador y os transmito este mensaje de amor para ayudaros en vuestra evolución. No tengáis miedo y pedid ayuda cuando la necesitéis, no os sintáis derrotados si en algún momento del camino parece que estáis andando hacia atrás. Es necesario que retrocedáis un poco para que podáis daros cuenta de que cuánto estáis avanzando. Sed pacientes y prudentes, todo llega, todo llegará.
Queridos hijos y hermanos, ¡OS QUIERO, OS AMO!
Mensaje canalizado por Montse Macanás, el lunes 29 de julio de 2013 a las 23:32 horas.
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